12 oct 2010

Así, en cuatro simples días, los martes se volvieron horribles. Antes los amaba y ahora me dan tristeza. Que rapido y rotundamente cambian las cosas con tan solo algunos hechos, algunas perdidas. Juan venia cada martes despues de su clase de bajo a tocarme el timbre, pasaba y eran horas las que pasábamos estando juntos, riéndonos, hablando y pasando momentos hermosos. Cada martes durante cuatro meses con la misma rutina, y los pocos días que eso no se podía hacer las caras tristes eran inmensas lagunas de nada, si, los martes sin el eran nada, la simple y templada nada. Esos días, como el de hoy, lo único que yo hacia era estar en la computadora, dormir, escribir algunas que otras cosas y buscar la forma de que el tiempo pase tratando y tratando de distraerme con cualquier cosa. Es inexplicable lo que lo extraño, lo que me acostumbre a el y el poco sentido que tiene vivir este martes.
Hoy escuchar los Redondos me hace acordar mas que nunca a todo eso ya que tengo hace un tiempo bastante largo Gulp, me lo trajo el algún martes hace meses. No se que hacer. Que escribir. A quien llamar. A quien hablarle. Simplemente se que los martes ya no tiene el sentido que tenían antes, ya no los amo, ahora los odio. Odio estar sola. Odio no estar con el y sobre todo odio vivir con ese recuerdo.

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