21 nov 2010

Un hombre y una mujer se miran reflexionando internamente el deseo de ser queridos. No encuentran peros a lo prometido, y mientras con las miradas intentan decifrar cual de los dos avanzara en el primer paso, suena el teléfono. El hombre pide a la mujer que no conteste, y con sus brazos al rededor de la cintura, abraza a la mujer suavemente mientras besa su ombligo.
Se creen ser sentimentales, pero verdaderamente no saben serlo... Se herotizan mutuamente respirando en sus oidos, juegan acaricieandose las pieles y se actuan el amor mas verdadero de la vida.
Por la mañana intentan volver a la cordura, finjiendo no conocer sentimientos anteriores a la desigualdad de su respectiva compania. Sin darse las gracias, ni rosarse las miradas regresan a la vida, al trabajo, a sus rostros verdaderamente afectivos.

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