22 may 2011

Tengo tanto que estudiar, y ya es medianamente tarde teniendo en cuenta que debería acostarme temprano para mañana no volver a tener un ausente en la clase de Gramática Histórica.
Pero no quiero estudiar; es domingo por la tarde y llueve, quiero ver películas hecha un bollito tapado en mantas sobre el sillón violeta del living, donde todo esta calentito. Hacer mates amargos y ver todas esas películas de mi lista pendiente. Quiero, también, comer cosas ricas y dulces.
Caminar en medias sobre el piso de madera cuando quiera elegir que película le seguirá a la que ya estoy terminando de ver... No quiero estar mojada por la lluvia ni por el agua que descansa en el suelo del patio. Quiero inventarme esa burbuja y solo tener una conexión auditiva con el afuera (escuchar la lluvia es re lindo).
Ir quedándome dormida y después despertarme con la música de los créditos de la última película. Estar despeinada pero linda, a lo recién levantada de la siesta, y que cuando abra los ojos mi mama ya halla vuelto de lo de la abuela. Escuchar música tranquila habiendo disfrutado pasar una tarde sola en casa, y que ahora ella cocine tarta de verdura, así de rica como la sabe hacer.
Quiero dibujar y quiero escribir, y aunque no estoy sucia me daría un baño caliente, me quedaría cuarenta minutos contando los cerámicos de la ducha sin hacer nada, solo sintiendo el agua que cae por atrás de las orejas y dibuja el contorno de mi cara redonda. Después dormir...
Todo seria perfecto si además, antes de dormir, dieran dos capítulos en la tele de los simuladores. Como me gustaban los simuladores.
(Este domingo es casi como estar indispuesta. Que lindo domingo)

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