16 ene 2010


Arte que se cuelga en mi nariz, se apodera de mis sostenes de creatividad. Me permite jugar con mis ideas y cruzar las fronteras de lo racional dándole mil formas de nacer a lo que yace en mi cabeza o simplemente lo que me hace disfrutar. Arte que pinta mis manos de colores, salpica mi ropa y me mancha la cara. Sonriendo a carcajadas se inundan las paredes con garabatos. Los dedos pelean con firmeza cagando a pincelazo todo terreno o superficie que se deje hacer cosquillas, y, sin darme cuenta mí arte esta plasmado en el lugar que callo. Y las ideas ya están reflejadas esperando que cada uno tenga la libertad de entender lo que quiere. El arte es multifacética a las diferentes miradas de la gente y de la vida. Después es solo cuestión de segundos darse cuenta que desde el fondo de nuestro querer otra idea quiere asomarse a respirar, dar un paseo y dormir en un papel.

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